miércoles, 16 de febrero de 2011

El caso Contador.

Esta semana se ha confirmado lo que algunos nos temíamos: la Federación Española de Ciclismo ha decidido dar carpetazo al asunto de Contador, absolviéndole del hecho de encontrarse en su orina restos de una sustancia dopante (clembuterol) en un control realizado durante el tour. La verdad es que ni soy un experto en dopaje, ni tengo todos los datos necesarios para aventurarme a veredictos, pero lo cierto es que todo este asunto, desde su comienzo, me ha provocado ciertos sentimientos y sensaciones que no quiero dejar de compartir.
En primer lugar, he de decir que las noticias o informaciones de las que he tenido conocimiento en los últimos años sobre el dopaje, en general, y el ciclismo, en particular, han alimentado en mi la creencia de que no es posible optar a la victoria en las grandes vueltas ciclistas sin recurrir a prácticas prohibidas (doping, autrotransfusiones…). Las principales razones de esto son:
1.      Los medios de control antidoping han avanzado mucho en los últimos años. Recuerdo que hace unos 7 u 8 años se empezó con los análisis de sangre (antes sólo se hacían de orina). Después, la famosa EPO comenzó a ser “detectable”. Las revelaciones de ciclistas “arrepentidos” como Jesús Manzano destaparon prácticas generalizadas de dopaje y dieron pistas a las Autoridades… Y, sin embargo, la velocidad media en carrera de los ciclistas no sólo no ha descendido, sino que ha aumentado en los últimos años.
2.      Los deportistas de alto nivel que recurren al dopaje no suelen ponerse en manos de “chapuzas”. El caso de Eufemiano Fuentes y Luis Pascua ha puesto de manifiesto que existe una auténtica ingeniería del dopaje, que trabaja en paralelo a los calendarios de competición de los deportistas, con vistas a evitar positivos en controles, y maximizar el rendimiento en períodos concretos. ¿Qué significa esto? Pues que resulta poco probable que a un deportista de élite le pillen con un positivo descarado; siempre será por un pequeño error de cálculo, que conduzca a un positivo "mínimo". Los que lo hacen son demasiado buenos como para cometer errores de bulto.
3.      No recuerdo a un solo deportista español condenado por doping que en el momento del positivo (ni aun después) haya reconocido su culpa (Paquillo Fernández, Alberto García, Valverde, Gurpegui, David Meca…) ¿Será posible que en todos los casos se cometan injusticias?
4.      Ciclistas como Bernhard Kohl o Floyd Landis han afirmado, después de reconocer haberse dopado, que es imposible acabar el tour entre los 20 primeros sin doping.
Dicho lo cual, coincido con José Sámano, de El País, en que la defensa de Contador ha sido bastante débil desde el principio. Primero fue un filete que se comió presuntante antes de la etapa en que le hicieron el control (lo que hace pensar que en otros controles que le hicieron durante el tour no apareció el famoso clembuterol). Quizás ante los posibles o actuales controles en la carnicería de turno, se pasó a hablar después de “intoxicación alimenticia”, en general. Y últimamente, la estrategia jurídica ha sido la de la falta de “negligencia” del ciclista, lo cual es algo que debe tener una entidad suficiente como para desmontar unos hechos probados (la presencia en sangre de la sustancia en cuestión).
En fin, a la vista de lo que se ha ido sabiendo, he de confesar que la hipótesis que me resulta más probable es la de una posible autotransfusión de una sangre en la que todavía se conservaría algún resto de un clembuterol consumido anteriormente, y que, de acuerdo con la planificación correspondiente, no debía ya aparecer. Pero más allá de que se piense esto o no, resulta llamativa la reacción que este caso ha suscitado en España, y el modo en que se puede estar percibiendo fronteras afuera. Las autoridades de las que dependen los organismos españoles contra el dopaje (Secretario de Estado para el Deporte, Presidente del Gobierno…), el líder de la oposición y la mayoría absoluta de la prensa, se han puesto incondicionalmente del lado del ciclista, olvidando que el Sr. en cuestión ha de ser considerado (a tenor de los hechos) presunto culpable, y el daño que el dopaje, y la imagen de tolerancia con el dopaje, están haciendo al deporte español. La próxima vez que en Francia se insinúe el doping de Nadal, ¿qué se va a responder? ¿Que en España se persigue el dopaje tanto como en cualquier sitio y que los casos destapados (cada vez más) no son sino algo aislado?
Recordemos que la Agencia Española Antidopaje se creó apresuradamente como consecuencia de la baja nota que el Comité encargado de evaluar las candidaturas olímpicas puso a España en este ámbito. ¿Qué hace la Agencia? Anuncios (supongo que bastante caros) en televisión. ¿El denostado Código antidopaje? Pues, como dice José Sámano, fue firmado en Madrid bajo el padrinazgo de Rodríguez Zapatero.
En este caso parece que hay, por tanto, bastante de frivolidad y de patrioterismo cutre. ¿Nos van a quitar el tour? (Como si lo hubiéramos ganado entre todos) ¿Vamos a quedar de tramposos? (Como si la culpa fuera compartida). En fin, una actitud muy parecida a la que se tuvo, por ejemplo, con Floyd Landis, cuando le dejó el tour en bandeja a Pereiro, ¿verdad? O a la que se hubiera tenido con Schleck, si éste hubiera estado en semejantes circunstancias, ¿a que sí?
¿Y en cuanto a la actitud de Contador? He de reconocer que por momentos me ha hecho dudar, porque ha estado bastante convincente en todo momento (en el plano emocional). Pero claro, puede que pensara: ¿me van a quitar el tour para dárselo a otro al que gané en igualdad de condiciones? Pues claro, se le queda a uno cara de… eso.

Firmado: Escéptico.


Respuesta:
Seamos claros: en algunos deportes como el ciclismo se trata de doparse sin que te pillen. Si no te dopas, no puedes competir con los demás. Si te pillan, te van a castigar. Por lo tanto, hazlo pero no des positivo. Es un sistema injusto que beneficia a los ciclistas que más dinero pueden gastarse en médicos. Es un sistema que no penaliza al tramposo (todos los son) sino al que tiene mala suerte o se equivoca de dosis. Cada vez que se castiga a un dopado tengo la sensación de que se está cometiendo una injusticia. Una injusticia, por otra parte, necesaria. El libre dopaje conduciría a situaciones bochornosas, pues sin control alguno se cometerían auténticas barbaridades en el abuso de las drogas, y no parece razonable que los deportistas atraviesen la meta con los ojos encharcados en sangre de tanto estupefaciente.

Además, se castiga al dopado porque internacionalmente está mal visto no hacerlo, y en estas  cosas la imagen cuenta mucho. Por lo tanto, sí, hay que castigar, pero no es una lucha especialmente digna, ni una bandera con la que ponerse estupendos o grandilocuentes. Y sí, hay que castigar, pero sólo cuando exista una clara evidencia del dopaje. Es lo menos que se puede exigir en un sistema tan hipócrita.

España lo ha hecho muy mal durante mucho tiempo porque no ha sido capaz de reaccionar ante  flagrantes evidencias de doping. A veces no se perseguía el delito (ni siquiera se tipificaba como tal), y otras veces se era incapaz de condenar a los culpables. El fracaso de la operación puerto puede ser el ejemplo más paradigmático de la ineficiencia española en esta materia. Esas bolsas de sangre debían haber conducido a muchas más sanciones y ese siniestro personaje, de nombre Eufemiano, tenía que haber acabado entre rejas.  No fue así, y la imagen de España quedó manchada como paraíso del doping.

Tras la pérdida de credibilidad a nivel internacional, se intentó reaccionar tomando una serie de medidas en la lucha contra el dopaje: creación de la Agencia, firma del código antidopaje, investigación policial más intensiva, operación galgo… Y cuando parecía que estábamos limpiando nuestra imagen llega el caso Contador…

¿Qué hacer? Escéptico no lo dice claramente, pero da a entender que se tenía que haber sancionado con dureza a Contador. Es lo que pedían las instituciones internacionales; la prueba que nos exigían para expurgar nuestros pecados del pasado… El caso contador era la oportunidad para dar un mensaje contundente de tolerancia cero con el dopaje.

¿Es eso lo que está en juego en este caso, la imagen del Estado Español? No, eso no es lo más importante. Lo que aquí se ha de considerar es si el ciclista es culpable o inocente de haberse dopado. O, mejor dicho, lo que se ha de valorar es si existe la evidencia clara y rotunda que se exige en un sistema tan imperfecto.

Y ante esta cuestión, la respuesta es clara: no existe tal evidencia. Los restos de clembuterol son tan ridículos e insignificantes que hasta la fecha nadie ha podido demostrar ni la incidencia de esa cantidad en la mejora del rendimiento, ni el origen tramposo de la droga. Existe una duda razonable que impide condenar a Contador. Escéptico la tiene cuando expone “sus creencias” fuera de toda certidumbre. Y todos nosotros también.

Es cierto, que desde fuera nos van a acusar de ser tolerantes con el dopaje, pero Contador no tiene la culpa de los errores del pasado, ni de la errática y cambiante posición de la Federación, ni de la demagogia de los medios de comunicación, ni del ridículo twiter del Presidente del Gobierno. No se puede condenar a Contador para mejorar la imagen de España en esta materia, se trata de ver si existe una evidencia clara de dopaje. Y, según la comunidad científica, esa evidencia no existe.  

Firmado: Hedonista.


Réplica:
Mi querido y hedonista amigo, veo que con tu hábil bisturí dialéctico me has colocado frente a una difícil disyuntiva: defender un castigo “ejemplar” a Contador a causa de la evidente necesidad que nuestro país tiene de limpiar su etiqueta de tolerancia con el dopaje, o juzgar al ciclista atendiendo exclusivamente a las circunstancias singulares del caso. Me haces elegir, y me lo pones difícil, pero voy a escapar a tu perverso callejón sin salida: evito pronunciarme en abstracto sobre la cuestión planteada, aunque reconozco, en general, mi aversión hacia los “juicios ejemplares” (cosa en la que parecemos disentir, cuando afirmas sin ambages que Eufemiano Fuentes “tenía que haber acabado entre rejas”).
La absolución de Contador creo que confirma la tendencia española, consciente o inconsciente, a tapar y negar cuanto pueda resultar sonrojante. Creo que ello explica tanto la circunstancia que antes comenté, de la absoluta ausencia de casos de deportistas españoles sancionados por dopaje que hayan reconocido su culpa, como la actitud de las autoridades encargadas de sancionar y perseguir el dopaje en España. ¿No es bochornoso que a Alejandro Valverde le tuviera que perseguir la Justicia italiana y castigarle el Tribunal de Arbitraje Deportivo (“TAS”, por sus iniciales en francés) por evidencias supuestamente encontradas en nuestro país? (un interesante análisis puede encontrarse aquí).
El problema es que el veredicto de Contador no es creíble en sí mismo, por lo que resulta innecesario plantear la disyuntiva mencionada. No es creíble por las presiones externas tanto de la clase política, como de la prensa y, a rebufo de ésta, de los aficionados (la reacción de la prensa europea es, en este sentido, muy elocuente). Pero tampoco es creíble atendiendo a los argumentos de la defensa. ¿Falta de negligencia? ¿Qué pruebas se han aportado de la irreprochable y diligente atención puesta por el ciclista y su equipo al tipo de alimentos consumidos, seleccionando cuidadosamente, por ejemplo, el origen de la carne? Evidentemente pocas, pues en otro caso no se entiende la respuesta del sector ganadero (véase una muestra aquí: si la “trazabilidad” es determinable, ¿porqué no se ha seguido investigando?).
En cuanto a la cantidad encontrada, no parece que ésta sea una circunstancia que, de acuerdo con el código antidopaje, permita la absolución; del mismo modo que los restos de plástico en sangre tampoco parece que permiteran, por sí mismos, la sanción por autotransfusión. Ya he comentado antes, además, que me hubiera sorprendido mucho que a Contador le hubieran pillado con un positivo escandaloso.
Dicho lo anterior, yo tampoco defiendo una sanción “con dureza” o "ejemplar" al ciclista, como insinúa Hedonista, sino sólo que se le hubiera aplicado la graduación que se prevea en el código mencionado, la cual, por otra parte, desconozco.
Me temo, en fin, que la conclusión a que llega nuestro Hedonista da idea de la manera en que su habilidad discursiva puede enmascarar su comunión con el primario y extendido sentimiento patrio.

Firmado: Escéptico.


Contrarréplica
Como muy bien señala Escéptico, para la clase política de este país, para los medios de comunicación y para muchos aficionados españoles Contador es inocente sin necesidad de valorar su positivo en clembuterol. “Es español, es un campeón y además es buen chico, ¿qué más razones se necesitan?”. Lo sé, este tipo de argumentos y esta falta de imparcialidad provocan náuseas. A uno le entran ganas de posicionarse automáticamente en el bando contrario, y denunciar el rancio nacionalismo que esconde esta posición y el ridículo internacional que ocasiona. Me temo que esto es lo que ha hecho Escéptico sin reparar en que el de Contador no es un caso más de dopaje. Podríamos profundizar en cada uno de los argumentos de su defensa (ninguna de las diferentes formas de dopaje, incluida la transfusión sanguínea, explica la existencia de los dichosos nanogramos; hay otros casos en los que se ha absuelto a presuntos dopados por falta de negligencia; la cantidad detectada no afecta de ninguna manera al rendimiento…) pero me basta con subrayar un hecho irrefutable: en este caso no hay pruebas claras. No es comparable al caso de Alejandro Valverde, que tenía que haber sido sancionado porque se daban rotundas evidencias de dopaje.  Ni al de Eufemiano Fuentes que tenía que haber sido condenado porque no existían dudas sobre su culpabilidad. El caso Contador es diferente; y haríamos mal en situarlo, movidos por un pasional rechazo al nacionalismo, en el mismo plano que otros escándalos de dopaje español. A veces nos complicamos demasiado cuando no es necesario: nada de sentencias ejemplarizantes, simplemente que se condene cuando haya evidencias (cosa que no se ha hecho en el pasado) y que se absuelva cuando existan dudas.


Firmado: Hedonista. 

1 comentario:

  1. Interesante entrevista con el presunto cerebro de los "galgos":
    http://www.as.com/mas-deporte/articulo/piensas-hace-bolt-hace-ayudas/20110302dasdaimas_1/Tes

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